Pués sí. Sin palabras. Así me quedé después de presenciar el pasado lunes el concierto del Señor Matt. 80 minutos metiendo en una batidora (imposible a priori, aunque perfectamente constatable a medida que avanzaba el recital -bonita palabra, a menudo poco utilizada, y que aquí vuelve a relucir en su más radiante esplendor- la tradición musical americana en todas sus posibles acepciones. A saber, folk, country, pop, rock, soul. Con una banda impresionantemente solvente que sabía pasar del vigor mas rugoso, a la placidez más calma, fueron desgranando las canciones con una intensidad propia de un concierto de los Ramones. No había pausa, no había tiempo para la complacencia. Únicamente existía la canción y la emoción. Realmente espectacular. Y es que abrir el concierto con "Chinese translation" y cerrarlo con la versión de "To go home" de Daniel Johnston le toca a uno la fibra más sensible. Y así es muy fácil ganarme. Alguna ya lo sabe. Y Matt también...
M. WARD "FOR BEGGINERS"
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