Silver Jews "Lookout mountain, lookout sea"
No hay duda. Disco del año con mayúsculas. Uno de esos trabajos en que todo encaja, en que todo concuerda a la perfección, cual maquinaria perfecta de reloj suizo. Bello. Muy bello. Y descarnado. Letra y música de la mano. Como debe ser. Y como siempre ha sido en los discos grandes de verdad. Leonard Cohen colándose en un ensayo de los Pavement circa 1994, en los que Stephen Malkmus no puede cantar por una severa afonía, tocándo sin parar versiones inéditas de un Johnny Cash de baja fidelidad. Y al fondo la luz. Porque después de un camino largo y tortuoso siempre hay esperanza de que las cosas mejoren. Y para el amigo David Berman parecen haber mejorado. O eso se intuye. Y, la verdad, yo me alegro. Un disco que te seduce, después te engancha y, cuando no te has dado cuenta, te tiene completamente atrapado. Aún recuerdo el nudo en el estómago y unas irremediables ganas de llorar en su primera escucha...En fin. Mi disco del año internacional. No hay duda.
The New Raemon "A propósito de Garfunkel"
Lo mejor de la cosecha nacional del año. Con un envoltorio aparentemente sencillo y nada pretencioso, Ramón Rodríguez consigue lo que está al alcance de todos, pero muy pocos consiguen. Con la presencia constante de la guitarra acústica, a golpe de pop, rock y folk, y una producción muy brillante y acertada (a cargo del gran Ricky Falkner -miren los créditos de los discos de Refree, entre otros-), elabora un conjunto de canciones con un tono dolido, pero sin renunciar al humor y a la ironía. Y ahí radica su encanto. ¿Disco conceptual? Puede ser. Pero, ¿qué más da? Un trabajo infeccioso donde los haya y que ha ido ganando enteros día a día. Se coló en mi habitación y me ha sido absolutamente imposible echarlo. Y tampoco he tenido intención, la verdad. Durante el mes de junio mantuvo un absoluto monopolio, sin competencia alguna, en mi equipo de música...Y eso no es nada fácil.
