lunes, 20 de abril de 2009

BABY, SET MY SOUL ON FIRE

Tarde de domingo engañosa. El sol fuera. El día luminoso. El termometro en huelga. Tiempo de estudio, tiempo de reflexión. Tiempo para sentarnos en el coche con tranquilidad. No hay prisa. El reloj está en nuestro poder. Tenemos la posesión y, lo más importante, tenemos la propiedad. De fondo suena "Songs in A&E". Pronto deja su rol de papel pintado en una habitación diafana y se convierte en una gran mesa victoriana que es el centro de atención de todas las miradas. Muy pronto Spiritualized ha callado todo atisbo de conversación. La sangre helada, el vello de punta, el corazón en un puño. Jason Pierce canta mejor que nunca. El dolor se aprecia en cada inflexión de su voz. La pena (y la nada) campan a sus anchas. Cerramos los ojos. Escuchamos. La música se cuela por cada poro de nuestra piel. Ya forma parte de nosotros. Después, el silencio. Nos miramos. Pensamos. Sonreimos. Queremos, nos queremos. Somos sujetos activos y sujetos pasivos a la vez. Mi brazo derecho enganchado y presa de los hematomas más dulces que nadie haya podido jamás imaginar. Después la puesta de sol. Callamos. Volvelmos a sonreir y, al instante, la sonrisa no puede aguantar su injusta prisión y estalla en carcajadas absolutamente incontrolables. La noche nos invade y yo no puedo dejar de mirar los ojos más intensos y con más vida que he vista núnca. Otro domingo más he subido alto, muy alto. Recordamos a Jason y sus canciones. Hablamos de Jason y sus canciones. Acordes y desacuerdos. Jason y sus Spiritualized aún resonando con fuerza por las escondidas esquinas de nuestras cabezas...

SPIRITUALIZED "BORROWED YOUR GUN"

No hay comentarios:

Publicar un comentario