sábado, 11 de febrero de 2012

TANNED TIN 2012

 
      El jueves 2 de febrero seguramente trascienda como uno de los días más frios de este invierno: temperaturas bajo cero, viento polar insoportable, ambiente gélido. Sin embargo, se antojaba como un día perfecto para afinar el paladar y disfrutar abiertamente de un deleite, solo apto para gourmets, de eso que comúnmente llamamos música independiente. Y es que el calor y el color que presentaba el Teatre Principal de Castelló era ideal para darse un atracón de canciones, de sensaciones, de emociones. Particularmente estar en el Tanned Tin era una pequeña victoria personal, tantos años buscada, y pisar la platea del coqueto teatro no hace si no traer a mi memoria esos "Discogrande" con Jesús Llorente comentando la jugada, y yo, con la orejas bien abiertas, tomando nota de grupos y solistas que cambiarían mi vida. Hablo de American Analog Set y su adictivo susurro, de unos primerizos Herman Dune, de una encantadora Julie Doiron, de unos imberbes Animal Collective, de la vanguardia sónica de Gang Gang Dance, de un desconocido M. Ward, y de un largo etcétera que, desde siempre, causo en mí unas insuperables (y, a veces, inexplicables)  ganas de asistir al Festival. Pués bien, victoria conseguida.
     Y comienza la noche con Greg Trooper, trobador americano de vieja escuela, guitarra acústica en ristre y armónica bailarina sobre su cuello, entonando canciones sobre amores, sobre deseos insatisfechos, sobre esperanzas futuras, a camino entre el Steve Earle más folkie y el Bob Dylan más melódico. Buen entrante para abrir boca.
     Y sin practicamente tiempo entre plato y plato, comparece en el escenario Nacho Vegas. Y el asturiano ofrece un concierto acústico impecable, abriendo con una versión de "Por qué te vas", que más parecía una apropiación de Townes Van Zandt que una canción de Jeanette. Y por el camino caen perlas como la adaptación de "La canción del extranjero" del maestro Cohen, o una "Historia de Marlene" que núnca dejara de emocionarme. Muy interesante el lado desenchufado del de Gijón.
     He de confesar que considero a Stereolab una de las mejores propuestas del indie de los 90, uno de esos grupos con un sonido propio, facilmente identificable, con una identidad dificilmente alcanzable. Y su alma mater, Laetitia Sadier no defraudo. Sóla, con una bonita Gibson SG, o acompañada de bajo y batería desplego 40 minutos de auténtica belleza pop, de avant-garde disfrazada de candidez torpemente naif, de indie-rock de luxe. Un verdadero placer.
     A continuación parada técnica para cenar (y de paso comprar unos cuantos discos del tenderete de Acuarela para completar colección en un ejercicio de adicción incurable) y reponer fuerzas para el plato fuerte de la noche. Standstill play Rooom. Desde aquella primera vez que el grupo de Barcelona me encandiló, me temo que para siempre, en un pasado Primavera Sound de 2010, siguiendo por un magnífico concierto al caer la tarde en un Festival de Benicassim, los de Enric Montefusco núnca me han defraudado. Pero es que lo que vi sobre las tablas del Teatre Principal es otra historia. A priori uno podría ponerse un escudo protector anti pretenciosidad, pero es que esa afirmación (la de la pretenciosidad, digo) se convierte en una verdadera falacia después de ver el concierto. El "Rooom" de Standstill es una delicia con mayúsculas. Desgranar con ese nivel de calidad audiovisual el concepto que supone "Adelante Bonaparte" de la primera a la última canción es un triple mortal sin red del que la banda sale indemne. Resulta imposible no emocionarse con las imágenes que acompañan la tortuosa historia de B., con el sonido de un grupo engrasado hasta decir basta, con esos temas que son capaces de llenar una pequeña e íntima habitación o un teatro rebosante hasta la bandera. Y es que, noventa minutos después, uno sólo desea que el espectáculo comienze de nuevo, y continúe sin parar, en una espiral de rock conceptual de calidad sin parangón en este país. Un diez.
     Y a eso de la una de la madrugada abandonamos la capital castellonense en dirección al frio invierno del Maestrazgo, allá, en la comarca de Els Ports, donde, curva a curva de el Coll de Ares aún resonaban los ecos de mi (nuestro) primer Tanned Tin. El año que viene seguro que más.

STANDSTILL "ELEFANTE (ROOOM)"

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